Una encuesta realizada por la ONG Plan Brasil indica que el 70% de los 5.168 estudiantes entrevistados presenció agresiones entre compañeros de clase.
PORTO ALEGRE, Brasil – Durante casi cinco años, Nathan Ferreira fue víctima de agresiones físicas y psicológicas por parte de sus compañeros de clase.
Tenía 9 años cuando comenzaron los ataques y nunca dijo nada al respecto.
Cuando la madre de Nathan le hacía preguntas al volver de la escuela con alguna herida, sin algunos útiles escolares o con la ropa rasgada, él cambiaba de tema, diciendo que eran “juegos de varones”.
Sin embargo, su comportamiento mostraba síntomas que estaba ocurriendo algo más.
Nathan no dormía bien.
Cuando llegaba la hora de ir a la escuela, comenzaba a sentir náuseas y a sudar.
Un test psicológico, realizado por una profesional experta amiga de su madre, arrojó un claro resultado: Nathan tenía miedo de ir a la escuela.
“Ella me alertó que posiblemente Nathan estuviera teniendo problemas en la escuela”, dice Cristiane Ferreira. “Pero todo quedó claro cuando una vez fui a recogerlo a la escuela y estaba lleno de moretones y llorando, luego de que sus compañeros de clase le pegaran.”
En ese momento, a principios de la década de 2000, la mayoría de los brasileños no estaban familiarizados con el término “bullying” o acoso escolar. La madre de Nathan sólo adquirió conciencia de lo que estaba atravesando luego de ver informes en la televisión y de investigar en Internet.
Hoy, Nathan está en terapia, tratando de recuperarse del trauma.
Su madre, que es educadora, creó la ONG Educar Contra o Bullying (Educar contra el acoso escolar) en 2009, con el objetivo de concientizar a los padres, educadores y estudiantes acerca de este problema.
El acoso escolar es más frecuente en el grupo de 11 a 15 años
La encuesta “Bullying no Ambiente Escolar” (Acoso en el ámbito escolar), realizada en 2010 y publicada por la ONG Plan Brasil, muestra la severidad de este problema.
Cerca del 70% de los 5.168 estudiantes entrevistados en todo el país dijo haber presenciado agresiones entre sus compañeros de clase.
De ese total, el 30% admite haber estado involucrado en al menos una situación de violencia.
La encuesta también reveló que el acoso escolar se da con más frecuencia en adolescentes de sexo masculino de entre 11 y 15 años.
Miriam Abramovay, coordinadora del Área de Juventud y Políticas Públicas de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales: “La violencia en las escuelas debe ser analizada en forma más amplia”. (Cortesía de FLACSO).
Cleofelice Zonato Fante, autora de tres libros sobre este tema, explica que el acoso escolar está marcado por la repetición de agresiones dirigidas a la misma persona o por el desequilibrio de poder entre las partes involucradas.
En estos casos, el abuso, ya sea físico o psicológico, generalmente es perpetrado por alguien más grande o más fuerte.
“Es preocupante porque es una violencia que se da contra niños que están en proceso de desarrollo y aprendizaje”, plantea Fante.
El acoso afecta la salud, tanto física como mental, de las víctimas. Y quienes son agredidos deben ser identificados por sus padres o educadores, aun cuando la víctima no hable sobre lo que está pasando, señala Fante.
“Los niños hablan, aun cuando están callados,” añadió. “Puede ser a través de una mirada de sufrimiento, de agresividad u otras actitudes, como no querer ir más a la escuela.”
Fante agrega que Brasil no está preparado para lidiar con este problema.
Actualmente, el Congreso Nacional está analizando cinco propuestas contra el acoso escolar. A nivel estatal, incluso donde existe legislación específica, falta la aplicación.
Fante plantea que la sociedad debe abordar esta problemática.
La violencia en las escuelas debe ser analizada en forma más amplia, afirma Miriam Abramovay, coordinadora del Área de Juventud y Políticas Públicas de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO/Brasil).
“El acoso escolar es sólo un aspecto de este problema”, señala Abramovay, quien ha estudiado el tema durante 12 años y ha realizado dos encuestas sobre la violencia en las escuelas, junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
La FLACSO es una organización internacional creada en la década de 1950 por países latinoamericanos, a partir de una propuesta de la UNESCO.
Abramovay señala que Brasil no tiene una política oficial ni estadísticas nacionales sobre agresiones, portación de armas, narcotráfico e insultos homofóbicos o fascistas que ocurren en las escuelas.
“Hoy en día, el clima en las escuelas es muy malo, a lo que se suma la violencia entre estudiantes, educadores y personal administrativo”, plantea. “Pero, lamentablemente, [cambiar esta realidad] todavía no es prioridad en América Latina.”
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