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Por Gerardo CaetanoPresidente do Conselho Superior da Flacso

Sesenta años suelen resultar apenas un suspiro en los itinerarios de la Historia. Pero la cronología también tiene sus trampas. Por ejemplo, estos últimos sesenta años que enmarcan la vida institucional de la FLACSO ostentan la densidad histórica de varios siglos juntos. Hacia 1957, la hegemonía norteamericana en el campo occidental era indiscutible, la URSS resultaba un contrapeso indudable en tanto segunda superpotencia, Europa aspiraba a su unión económica y política a través de la apuesta de los Tratados de Roma, los líderes laicos y panarabistas dominaban el mundo del Islam, la descolonización seguía su curso sinuoso y a la vez esperanzador, mientras América Latina comenzaba a convertirse en una zona “caliente” de la Guerra Fría en los umbrales de la Revolución Cubana.

En lo profundo, los retos del continente seguían siendo los mismos de los tiempos de las revoluciones de la Independencia: desafíos como los de la igualdad, la democratización, el desarrollo, la inserción internacional desde perfiles de soberanía y autodeterminación, la sustentabilidad medio ambiental de una parte del planeta plena en riquezas naturales (biodiversidad, agua dulce, energía, metales estratégicos, alimentos).

Sesenta años después, el futuro sin duda es más incierto. Bastaría cotejar los contextos de entonces con los retos que se conjugan en nuestro presente para afirmar con fundamento esta aseveración que se convierte en premisa para todos los análisis. Sin embargo, sesenta años después de su nacimiento, la FLACSO puede aseverar con legítimo orgullo que continúa fiel a sus objetivos iniciales, en procura de que la investigación independiente en el terreno de las ciencias sociales, la docencia universitaria de excelencia y el acompañamiento crítico de las políticas públicas desplegadas por los Estados, constituyan instrumentos idóneos para la forja colectiva de un futuro mejor para nuestras sociedades. Su vida institucional no ha sido ni es fácil.

Ha sido una experiencia de continuidad enriquecida por el cambio y a través del cambio, como corresponde a una institución dinámica. El apego irrestricto a los principios fundacionales, a la normativa del sistema y a la acumulación de generaciones de investigadores e intelectuales han sido en todo momento el núcleo inspirador de su trayectoria y de su gobernanza. Desde ese compromiso inclaudicable con un futuro mejor para “nuestra América”, desde el aporte irrenunciable del pensamiento crítico y con  la mirada puesta en la demanda de sociedades más justas, democráticas e independientes, es que la FLACSO conmemora y celebra sus primeros sesenta años de existencia. Nuestro deseo es que las generaciones actuales de quienes formamos parte de esta comunidad académica sepamos estar a la altura de las exigencias de la hora, para legarles a quienes vendrán una FLACSO viva y cargada de proyectos, renovada e independiente.